21 dic 2010

Movimiento y recorrido de los huracanes (I)

Vientos de gran escala

Aunque los ciclones tropicales son grandes sistemas que generan una cantidad enorme de energía, su movimiento sobre la superficie se compara frecuentemente con el de las hojas arrastradas por una racha de viento. Es decir, los vientos de gran escala —las rachas en la atmósfera de la Tierra— son responsables del movimiento y manejo de los ciclones tropicales. La trayectoria del movimiento suele conocerse como ruta del ciclón tropical.



Vientos producidos por el Huracán Wilma a su entrada por la península de Yucatán el 21 de Octubre de 2005

La mayor fuerza que afecta al recorrido de los sistemas tropicales en todas las áreas son los vientos que circulan en las zonas de alta presión. En el Atlántico Norte, los sistemas tropicales son llevados generalmente hacia el oeste, por los vientos que soplan de este a oeste al sur de las Bermudas, por la presencia de un área de alta presión persistente. También, en la región del Atlántico Norte donde se forman los huracanes, los vientos alisios, que son corrientes de viento principalmente con dirección oeste, llevan a las ondas tropicales (precursores de depresiones y ciclones tropicales) en esa dirección, desde la costa africana hacia el Caribe y Norteamérica.



Trayectoria del Huracan Wilma en 2005, de Oeste a Este



Trayectoria del Huracán Paloma hacia Cuba el 6 de Noviembre de 2008, en sentido opuesto de lo habitual, de Oeste a Este.

Efecto Coriolis

La rotación de la Tierra también proporciona cierta aceleración (definida como Aceleración de Coriolis o Efecto Coriolis). Esta aceleración provoca que los sistemas ciclónicos giren hacia los polos en ausencia de una corriente fuerte de giro (por ejemplo en el norte, la parte al norte del ciclón tiene vientos al oeste y la fuerza de Coriolis los empuja ligeramente en esa dirección. La parte sur, asimismo, es empujada al sur, pero dado que está más cerca del ecuador, la fuerza de Coriolis es más débil).



Imagen infrarroja del Ciclón Mónica cerca del pico de intensidad, mostrando rotación en el sentido de las agujas del reloj debida al efecto Coriolis.

Así, los ciclones tropicales en el hemisferio norte, que habitualmente se mueven al oeste en sus inicios, giran al norte (y normalmente después son empujados al este), y los ciclones del hemisferio sur son desviados en esa dirección si no hay un sistema de fuertes presiones contrarrestando la aceleración de Coriolis. Esta aceleración también inicia la rotación ciclónica, pero no es la fuerza conductora que hace que aumente su velocidad. Estas velocidades se deben a la conservación del momento angular -el aire se capta en un área mucho más grande que el ciclón, por lo que la pequeña velocidad de rotación (originalmente proporcionada por la aceleración de Coriolis) aumenta rápidamente a medida que el aire entra en el centro de bajas presiones.



Imagen infrarroja del Huracán Paloma sobre la isla de Cuba el 9 de Noviembre de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario