En la madrugada del 20 de mayo de 2012, 2:00 hora local, tuvo lugar un terremoto en la región de Ferrara al noroeste de Italia, con una magnitud de 6º en la escala de Richter y seguido con multitud de réplicas con intensidades que llegaron hasta 3,7º en la escala de Richter. Dejó un balance de mortalidad de 7 personas en esta zona densamente poblada, 50 heridos y tuvieron que ser evacuados más de 3.000 personas (2.500 de Módena y 500 de Ferrara).
Las réplicas se sintieron sobre todo en las zonas de Mirandola, San Felicia y Finale Emilia, a 36 km al norte de Bolonia, la localidad donde se situó el epicentro del primer temblor. Y el hipocentro se situó a una profundidad de aproximadamente 10 km, de ahí la devastación en edificios.
Se produjeron cuantiosos daños materiales en edificios de alto valor cultural. Cayeron campanarios de iglesias, techos y se agrietaron muchas estructuras.
Al primer temblor y sus posteriores réplicas le siguió otro a las 15:18 hora local con intensidad de 5,1º en la escala de Richter y a las 15:21, se produjo otro seísmo de 4,1º.
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